La Cumbre de Unasur: Tormenta en Bariloche
Esta pieza editorial apareció hoy en el diario El Tiempo de Bogota: 'Tormenta en Bariloche'
'Pocas cumbres diplomáticas habían despertado tantas expectativas como la de Unasur, que se llevará a cabo hoy en Bariloche (Argentina). Una reunión antecedida por dos duros enfrentamientos entre Colombia y Venezuela en Quito y en Washington, bajo los parámetros de la misma Unasur y del Consejo Permanente de la OEA, respectivamente. La política continental está al rojo vivo y Colombia es el centro del debate -por su decisión de ampliar la cooperación militar con Estados Unidos-, aunque también hay tensiones entre Bolivia y Paraguay -por las denuncias de Asunción sobre la carrera armamentista de La Paz- y entre Chile y Perú, en torno a la salida al mar de Bolivia. Los gestores de Unasur, liderado por Brasil y fundado hace dos años y medio, nunca se imaginaron que el nuevo organismo de integración suramericana tendría en tan poco tiempo una agenda tan compleja en sus manos.
El encuentro es crucial para Colombia. El asunto de las 'bases' militares que utilizará Estados Unidos en el territorio nacional es el punto más importante de la discusión en la que servirá como anfitriona la impredecible presidenta argentina, Cristina Kirchner.
El proyecto fue mal informado y peor explicado. Sin embargo, desde que estalló la polémica hasta el encuentro de Bariloche, la posición colombiana ha mejorado. La 'gira muda' del presidente Uribe por siete capitales y las aclaraciones del presidente Barack Obama sobre la naturaleza de las bases, que realmente no son bases, han calmado algunos ánimos. No menos importantes han sido los encuentros del canciller Jaime Bermúdez con varios colegas y del nuevo ministro de la Defensa, Gabriel Silva, con su par del Brasil, país que juega un papel determinante en la crisis.
La situación se ha modificado notoriamente para Colombia. El lío de la cooperación militar aceleró un acercamiento con la administración Obama, que hasta ahora había estado prudente y estudiosa. Con Ecuador ha habido notables mejorías, con un mapa de ruta que incluye el establecimiento de mecanismos de comunicación más serenos y estables que los publicitados abrazos presidenciales y una ampliación de la agenda, que hasta ahora parecía fatalmente amarrada a las Farc como punto único. Y con el resto de América Latina se han abierto múltiples canales que bajaron la tensión, consolidaron dos aliados férreos -México y Perú- y fomentaron el respeto a la decisión soberana de fortalecer la cooperación militar con Washington, así no hayan desaparecido totalmente las inquietudes.
Las relaciones con Venezuela, en sentido contrario, entraron en una nueva etapa de conflicto. Otra crisis que, por reiterativa y por el tono desmedido y provocador del discurso venezolano, parece más grave que las anteriores. Colombia optó, antes de llegar a Bariloche, por llevar el tema a la OEA, lo cual tiene varias ventajas. El principal es que allí tiene asiento Estados Unidos, que es socio de Colombia en el tema de las bases y que debe poner su cuota de diplomacia y solidaridad en la tensión que se generó entre Bogotá y Caracas por cuenta del acuerdo militar. Además, hay otros países, como México y los centroamericanos, más cercanos por la geografía y la política a Estados Unidos, que pueden ser más comprensivos con la racionalidad colombiana.
Entre la 'gira muda' del presidente Uribe y la cumbre de Unasur, que será transmitida en vivo y en directo, ha habido avances y retrocesos. Lo que pase hoy determinará en buena medida el resultado final. Pero hay que tener en cuenta que en el objetivo mayor -acabar la guerra fría con los vecinos y mejorar las relaciones con toda la región- la reunión de este día es solo un eslabón de una cadena mucho más larga.'
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